29 agosto, 2009

¿Estas enamorado?

“¿Estas enamorado?”, me preguntas de nuevo, como si no hubieran sido suficientes las más de 10 veces que lo has hecho en las últimas tres horas, nuestras únicas tres horas. Intento evadir la pregunta, pero esta vez es inevitable mi respuesta. No hay nada más en mi mente, tus pupilas se enfocan en mi tanto como las mías están en ti. Sólo hay una palabra.

Estábamos en el Café y, como confirme en mi reloj, eran las 8. La mesera nos miraba con recelo y bronca (solo pedimos dos tintos en tres horas), el Café estaba lleno, no escuchaba tu voz y decidimos irnos, quizás para escucharte, quizás para recordar ese divino olor que me atrajo a ti.

Solo fue hace tres horas, pasaba por el Café cuando una suave brisa llena del olor más suave, penetrante e inexplicable se posó en mí. Miré adentro de ese burdo lugar y mi nariz me indico de quien provenía el olor.

Ahí estabas tú, sola, peleando con la mesera, la misma que ahora despide. Me acerqué, como nunca suelo hacerlo, te saludé como si nos conociéramos de una vida entera y la mesera se alejó solo para devolverse minutos después con el propósito de recibir nuestro único pedido.

Al principio fueron agradecimientos, miradas y encontrar algo en lo que coincidiéramos. El amor, gran tema, a veces para llorar, a veces para renacer, hoy fue lo segundo. Me contaste tus historias, tus romances, tus aventuras que opacaron con la suavidad de tus labios a mis sufrimientos.

Salgo de mi momentáneo recuerdo, estamos en un hermoso parque, el sol se ocultó ya hace un par de horas y el espectáculo ahora lo constituyen las estrellas. Noto el brillo de tus ojos y el momento de silencio más hermoso que he vivido se nos muestra. No pasa nada más en este mundo, o quizás todo está pasando en este instante. Tu mirada, tus ojos, tu iris azul y tu alma revelada ante mí en tu pupila. Somos el momento, sin ofensas al pasado ni pretensiones al futuro, solo el inevitable, constante y único presente en el que vivimos.

Aunque durante nuestro encuentro me habías preguntado varias veces “¿Estás enamorado?”, en este momento supe la verdadera intensión de tu pregunta, la propuesta escondida, el amor revelado y la alegría latente. Vuelvo al inicio de esta historia, despierto del sueño eterno de tus ojos, salgo de ese azul profundo, las palabras se forman en mi mente y un “Sí” sale por mis labios.

3 comentarios:

  1. Quiero leer algo mas de ti, quiero conocerte a profundidad, quiero creer que si escribes por la forma como eres... te quiero conocer.

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