17 mayo, 2009

Sentado frente al mar

El templado viento marítimo acaricia mi rostro con delicadeza, con un amor casi maternal, mientras admiro el ardiente reflejo, que se forma sobre el mar, del poniente sol.

Puedo deleitar el exquisito aroma a libertad, que con frenesí y éxtasis anhelamos, y el cual es ofrecido, incansablemente, por el mar que se expande a mis pies. Las suaves olas que llegan a la costa masajean mi cuerpo y lo empapan de exóticas fantasías.

Un pájaro aletea en la altura, planea y canta desapareciendo tras la bellísima cúpula colonial que se alza sobre las murallas. El cielo le ha robado varios colores al arcoíris y ahora se expanden, cerca de los confines del mar, un violeta, un amarillo y un rojo que se combinan entre sí, que danzan entre las nubes creando sombras e infinidad de colores por doquier. Tal belleza entra al alma y la llena de una suspicaz felicidad. En este momento todo inspira amor, tranquilidad…

Una imagen se proyecta en mi mente intensificando tanto la esplendorosa escena como mi anhelo por compartir esto con mi amada. Sin embargo, en el mismo momento en el que el cielo a alcanzado su mayor hermosura, un suave morado, que con rapidez se oscurece, comienza a invadirlo, opacando los colores y cubriendo el crepúsculo que acababa de formarse.

Las tinieblas reinan sobre el cielo pero el viento cálido, el aroma marino y los suaves sonidos que producen las olas, reinan con ímpetu sobre los otros sentidos. Las tinieblas son superfluas ante ese poder. Siento la arena como el más cómodo sillón y cierro mis ojos al mundo para entregarme a las más insospechadas sensaciones de este paisaje que sólo Cartagena puede ofrecer.

15 mayo, 2009

Llorar por amor

En la vida existen personas y sucesos que nunca se borraran de nuestra mente. Hoy, sin duda alguna, fue uno de esos momentos junto a esa persona que probablemente siempre recordaré. Hoy experimenté una carga sentimental tan fuerte que por primera vez sentí ganas de llorar por amor, por el más sublime y puro amor que jamás haya sentido en mi corta existencia.

Fue un momento efímero, no tuvo la duración que mi corazón y mi alma hubieran deseado, no obstante, todo, desde el comienzo, fue perfecto. Ahora recuerdo tus palabras, tu declaración, y regresan a mis lágrimas esas ganas de correr por mi cuerpo, esta vez no las contengo. Tus palabras todavía resuenan en mi mente, tal vez por su gran belleza, tal vez por su gran valor.

Tú hablaste y mi corazón escucho desde el primer momento, escucho tus frases adversas, las cuales no quiso creer, las analizó y las rechazó. Mi alma actuó y las dos palabras que nunca creí decir, salieron con todo el sentimiento, salieron cada vez con mayor seguridad, sinceridad y fortaleza. Te besé con la fuerza que nunca lo hice, te besé con coraje, con ganas de parar de escuchar tus palabras, esas vanas palabras que no salían de tu corazón, sino de tu desconfianza por el amor.

Al final paraste de luchar contra este sentimiento, contra este amor y te dejaste llevar, dejaste que todo lo que tenías guardado en tu corazón saliera en una confesión que me hizo sentir la felicidad más sincera y pura que jamás haya experimentado.

El mundo fue superfluo ante tus palabras y el gran viento capitalino dejo de correr maravillado por tan hermosa escena. Mi mundo ahora estaba completo y mi felicidad infinita. No necesitaba nada, porque todo lo tenía en ti, en tus caricias, en tu cuerpo y tus palabras.

Cambiaste mi forma de ver el mundo, cambiaste mis planes y mis sueños, ahora soy consciente de lo perenne que es el universo y de lo bella que es mi vida al lado tuyo. Tú curaste todas mis heridas y borraste mis erradas creencias sobre el amor, sobre el compromiso y sobre la familia.

Quisiera compartir contigo los sueños e incertidumbres que me plantea la vida y el destino, para ser tan feliz como lo soy cada vez que te veo, cada mañana que me levanto y sé que voy a estar junto a ti o cada noche en la que estamos tú y yo entre mis sabanas.

Pensar en ti llena mi mente de ilusiones y de pensamientos hermosos sobre el futuro, mi imaginación se desborda de nuevos sueños y mis metas quieren coincidir con las tuyas. Sabes que navegaría por mil mares y recorrería desiertos escabrosos para encontrarme contigo, sin morir, sin desfallecer, porque nuestro amor va mas allá de la realidad, de la vida y la muerte, va más allá de las distancias y de nuestra humanidad y racionalidad. Mi amor por ti no cabe en el pensamiento, ni en el lenguaje, ni en la capacidad de expresión humana.

Ahora no concibo un mundo sin ti, sin tu sonrisa, tu inteligencia y tu belleza junto a mí. No concibo un mundo sin este 13 de mayo, un día que quedara marcado en nuestra historia, que dividió a nuestra relación en dos, que le dio inicio a una nueva etapa. Porque siempre supimos que nuestro amor era inexorable y, si bien, quisiste evitarlo, hoy caímos, inevitablemente, en este mar incalculable de pasiones y adoraciones gloriosas.

07 mayo, 2009

DIME QUE SI!!!

Hoy no entró la gran luz amarilla del atardecer, hoy no hay satisfacción ni felicidad. Sólo existe un profundo y desagradable silencio que es cortado esporádicamente por el atronador sonido de mi radio.
Hoy no puedo tener una sonrisa, ni en mis labios, ni en mi mente. Ahora sólo espero por una cosa que puede cambiar esta cruda situación, una palabra tuya que significaría nuestro escape de este caótico universo, de este desequilibrio emocional.

Ayer, cuando llegué de tu casa, apareció en mí esa idea, sin embargo esta vez no la deje pasar, la mantengo y quiero hacerla realidad. Te llamé y aunque tu respuesta no era la que esperaba y deseaba, tampoco rechazaste mi idea. Cuanto hubiera deseado un si inmediato, sin dudas, sin pensarlo.

Ahora espero, intranquilo, por tu respuesta. Mi mente, la realidad y la razón dicen que va a ser un no, que solamente me tienes esperando para descubrir una manera de no herirme. Sin embargo, mis sentimientos, mi corazón y nuestro amor me dicen que tu respuesta va a ser un entusiasta sí, que quieres escapar conmigo, dejar este mundo por unos días y disfrutar solamente de nuestro amor.

Sabes que sin ti nunca sería capaz de salir de esto, que seguiría sumergido en medio de este desequilibrio que me está enloqueciendo, manteniendo mi felicidad de forma pulsátil y mi cerebro con un predominio de palabras técnicas.

Tu respuesta es la única que puede cambiar este silencio y esta oscuridad, que invade tanto mi espacio como mi cuerpo, por una luz de esperanza y un haz de tranquilidad.

Quiero un sí, quiero tu si…

04 mayo, 2009

En mis sueños

Un día fui y me arrepentí, pero más me arrepentí después de no haber entrado, de no haber tocado a tu puerta. Muero lentamente cada momento en el que no sé nada de ti y mi cuerpo renace al ver una simple llamada perdida con tu número. Fui hasta tu hogar, el cual muchas veces ha sido nuestro hogar, donde florece nuestro idilio, pero no entré, ni siquiera toqué, no fui capaz.

No sé por qué, no logro comprenderlo, hace solo unas horas que estábamos en plenitud y ahora mi mente tiene locas ideas inspiradas, muchas veces, en tu cruda falta de detalles.

Sólo logro pensar en el amor que siento por ti. Este sentimiento que corre puro y suave como el agua de un rio que empieza su larga travesía para desembocar en la mar. En mis sueños estás presente y mis dedos no hayan la hora de acariciar tu delgado vientre.

Mis ojos empiezan a cerrarse, tengo un gran cansancio y mi mente quiere encontrarse contigo de alguna forma. Mi subconsciente no me desilusiona, estas en mi sueño. Cuando más cerca y felices estábamos un delgado sonido aparece de fondo para interrumpirnos, es mi celular, la tecnología como cosa rara. ¿Quién puede ser a la 1:30 am? Miro y eres tú, mi corazón se agita, mis manos tiemblan. Te contesto, me hablas con el entusiasmo que siempre desearía en tus palabras, me declaras tu amor y una gran sonrisa se posa en mis labios.

No sé qué hacer, quiero verte, besarte, quisiera correr a dónde estás, protegerte, amarte, darte todo, mi espíritu, mi cuerpo.

Recuerdo tu invitación y las ideas locas de salir corriendo a las dos de la mañana se apagan un poco, ahora no logro comprender por qué el reloj corre tan lento. Cuento cada segundo y el sueño vuelve a invadir mi cuerpo. Otra vez estas a mi lado, como cada noche al cerrar mis ojos, sin embargo sé que al despertar toda ilusión se desaparecerá hasta volverte ver.