13 octubre, 2009

Amor de Fin de Semana (Quizás)



La luz de la Luna llena, que se centra en el estrellado cielo de la capital, se refleja sobre tu rostro, quizás angelical, quizás lujurioso, quizás tuyo, quizás mío. Hoy es nuestra última noche y pese al frío que nos rodea, nuestros cuerpos están calientes y juntos en tu balcón.

Se respira amor y nostalgia. El sentimiento de quizás nunca volverte a ver, de que en mi futuro solo seas mi pasado, de que nunca más mi sudor y el tuyo sean el nuestro sobre tu cama y el de no volver a sentir tu corazón acelerado sobre mi pecho en medio del más profundo éxtasis.

No hay dudas de que hay algo en ti que simplemente me enloquece, que me llena la cabeza de deseos, de benevolencia, de amor. Lo supe desde la primera vez que te vi y lo afirmé desde que sentí la suavidad de tu piel y lo seductor de tu aroma, desde que sentí tu primer beso y tus caricias sobre mi cuerpo, desde que sentí tus labios sobre mi piel y tu piel bajo los míos.

Mis pensamientos se apoderan del silencio y solo intento explicar que me amarra a ti. Me concentro un poco en tus ojos cerrados, en tu cuerpo junto al mío. Recuerdo nuestra conversación y tu promesa de volver el 3 de noviembre para celebrar mi cumpleaños como se debe, bailando en un eterno abrazo, Mad as Rabbits. Recuerdo tus ojos llenos de ilusión y mi mente perdida en ellos como ahora lo están cuando los acabas de abrir.

Las caricias vuelven y tus ojos no paran de enfocarme, de pedirme más de lo que nunca más tendremos. Poco a poco tus caricias aumentan, mi búsqueda se vuelve efímera y solo quiero volver a amarte.

El calor en compañía de un lujurioso amor se apoderan del ambiente, tus caricias tiernas se pierden y mientras tu cintura vigorosa me cabalga, tus uñas se clavan sobre mi espalda y ahora un poco de mi se confunde con nuestro sudor. Te miro, solo te miro, mientras dejas tus marcas en mi piel, mientras tu pelo se humedece y un pequeño corazón yace inmóvil sobre mi espalda, en cambio el tuyo no para de latir eufóricamente sobre el mío.

El tiempo pasa fugaz cuando el amor se expresa, cuando se quiere decir te amo con algo más que una suave caricia, cuando mi corazón late por ti como un toro encerrado, furioso, eufórico, esperando, o quizás no, el momento de la liberación, del éxtasis total, seguido de calma, de caricias suaves, besos regados sobre el otro, mientras los ojos, mis ojos, se posan de nuevo sobre los tuyos y poco a poco ya tu rostro no es iluminado por la Luna llena sino por el Sol saliente que se asoma por los cerros.

Ya no hay ruido, no hay movimiento, solo se respira amor en su máxima y más pura expresión. Los ojos se cierran y solo se quiere olvidar, por unos segundos, que en pocas horas te vas, que quizás nunca regresaras, que nunca vuelva a expresarte amor, mi amor de fin de semana.

29 agosto, 2009

¿Estas enamorado?

“¿Estas enamorado?”, me preguntas de nuevo, como si no hubieran sido suficientes las más de 10 veces que lo has hecho en las últimas tres horas, nuestras únicas tres horas. Intento evadir la pregunta, pero esta vez es inevitable mi respuesta. No hay nada más en mi mente, tus pupilas se enfocan en mi tanto como las mías están en ti. Sólo hay una palabra.

Estábamos en el Café y, como confirme en mi reloj, eran las 8. La mesera nos miraba con recelo y bronca (solo pedimos dos tintos en tres horas), el Café estaba lleno, no escuchaba tu voz y decidimos irnos, quizás para escucharte, quizás para recordar ese divino olor que me atrajo a ti.

Solo fue hace tres horas, pasaba por el Café cuando una suave brisa llena del olor más suave, penetrante e inexplicable se posó en mí. Miré adentro de ese burdo lugar y mi nariz me indico de quien provenía el olor.

Ahí estabas tú, sola, peleando con la mesera, la misma que ahora despide. Me acerqué, como nunca suelo hacerlo, te saludé como si nos conociéramos de una vida entera y la mesera se alejó solo para devolverse minutos después con el propósito de recibir nuestro único pedido.

Al principio fueron agradecimientos, miradas y encontrar algo en lo que coincidiéramos. El amor, gran tema, a veces para llorar, a veces para renacer, hoy fue lo segundo. Me contaste tus historias, tus romances, tus aventuras que opacaron con la suavidad de tus labios a mis sufrimientos.

Salgo de mi momentáneo recuerdo, estamos en un hermoso parque, el sol se ocultó ya hace un par de horas y el espectáculo ahora lo constituyen las estrellas. Noto el brillo de tus ojos y el momento de silencio más hermoso que he vivido se nos muestra. No pasa nada más en este mundo, o quizás todo está pasando en este instante. Tu mirada, tus ojos, tu iris azul y tu alma revelada ante mí en tu pupila. Somos el momento, sin ofensas al pasado ni pretensiones al futuro, solo el inevitable, constante y único presente en el que vivimos.

Aunque durante nuestro encuentro me habías preguntado varias veces “¿Estás enamorado?”, en este momento supe la verdadera intensión de tu pregunta, la propuesta escondida, el amor revelado y la alegría latente. Vuelvo al inicio de esta historia, despierto del sueño eterno de tus ojos, salgo de ese azul profundo, las palabras se forman en mi mente y un “Sí” sale por mis labios.

15 julio, 2009

Un adiós de cuerpos cercanos

Pensar, escuchar, entender, recordar, escribir. Quizás las cosas que más he hecho durante la última semana.


Muchas veces las cosas que más quieres se van, simplemente, sin aviso y justo cuando más crees necesitarlas, todo para hacerte más fuerte. Unas palabras se clavan en mi mente, me hacen recordar quién es mi Dios y refuerzan mis creencias, “el mundo es de los que saben pararse, no de los que nunca se caen”. Las cosas no suceden aleatoriamente y creo que el Universo puso a quien me dijo esto, en este preciso momento porque lo necesitaba, necesitaba refrescar la mente y creer en el presente, gracias Germán.


El ocaso ahora es melancólico y la alborada inalcanzable cuando en la profundidad de la noche tu recuerdo no se aparta de mí. Hoy nos vimos, nos escondimos, te salude en la distancia, una gran sonrisa se expandió súbita e inevitable por tus labios y el dulce néctar de estos brilló sobre toda la clase. Creí estar a tu lado, solos, reviví muchos amaneceres, atardeceres y ese pequeño cosquilleo se aferro a mi estómago disipando el hambre material y despertando las ganas de felicidad corporal.


Mis sentimientos rigen mi vida, mis pasos, mi despertar, pero muchas veces, desafortunadamente, son influenciados por personas, por ideales ajenos, por drogas, que hacen que ese Mr. Hide, que todos tenemos, realice lo que no se quiere, cosas que hacen que en el ahora no estés a mi lado.


Aprendo que la vida está en el presente, no en el futuro, no en el pasado y decido escapar de aquí, de ti, decir este adiós de cuerpos cercanos y concentrarme en el amor de mi vida, en ese que me hace comprender mis locuras, pasar por muchas más, el único que puede sacarte de mi mente. El que me hace despertar, madrugar, trasnochar y vivir este presente intenso a cada segundo, sabiendo que en mi futuro siempre estará a mi lado, entonces saco mi Anatomía de Gray.

23 junio, 2009

La Extraña

Era una pesadilla, pienso, con la respiración agitada y mi mamá, que aunque está manejando, mirándome fijamente.

Es la tercera en esta semana y cada vez se ponen peor. Trato de olvidarla y me concentro en el paisaje nocturno, es difícil, las pesadillas se fijan en mí y no se desprenden, pero cosas curiosas pasan a mi alrededor. Hay un gran árbol, el clima es fuerte, todavía no llueve pero se ve, por los rayos en el distante cielo y la aplastante brisa, que esto es algo inminente.

Me fijo en el árbol, la brisa lo golpea. Sus hojas vuelan por doquier, su tronco se inclina, partes de su corteza se desprenden perdiéndose en la inmensidad del valle y pese a todo este se mantiene aferrado al suelo, a la vida.

La lluvia empieza a caer, y el limpiaparabrisas está al máximo. Ahora no podemos escapar de la tormenta.

Recuerdo mi pesadilla y esta se fija otra vez en mí. Siempre son diferentes pero cada vez más aterradoras, como si atacaran apropósito justamente lo que más deseo con lo que más me atemoriza y desafortunadamente, para mi racionalidad, el fondo de estas es constante: una fuerte tormenta, justo como la que tengo al frente.

No sé donde estoy, si viviendo una realidad o simplemente en otro sueño o peor otra pesadilla. El clima empeora y nos obliga a parar en un viejo almacén a la orilla de la carretera. Entramos forzosamente y una mujer, que se encuentra del otro lado de la vitrina, nos mira fijamente. Su cabello liso y castaño, sus ojos claros, su suave piel morena, su rostro pecador y su delgada contextura me obligan a mirarla con deseo. Por un momento ella me hace olvidar de mis pesadillas.

Tenemos una corta charla, y luego de un café, mi mamá duerme en el sofá, con el único deseo de que la lluvia pase pronto, algo improbable si se mira por la ventana. Sólo quedamos la mujer y yo. Nos miramos y aunque poco o nada la conozco acepto su invitación a seguir tratando de no despertar a mamá.

Hablamos, conocí un poco de su historia y ella un poco de la mía, suficiente para ir a otro nivel. Una hora después estaba acostado mirando el techo colonial de su cuarto, mientras la mujer, recostada sobre mi desnudo pecho, me mira deseando un poco más de lo que acabábamos de tener.

Escucho mi alrededor y ya no está ese molesto ruido de las gotas chocando contra el techo. Es hora de irme. Salgo del cuarto, despierto a mi mamá y con una agradecida despedida de ella, nos vamos. Ahora estamos otra vez camino a no-sé-donde, aunque en mi mente ya no existen más pesadillas, más temores, sólo está ella, la extraña, mirándome y pidiéndome un rato más en su cama.

17 mayo, 2009

Sentado frente al mar

El templado viento marítimo acaricia mi rostro con delicadeza, con un amor casi maternal, mientras admiro el ardiente reflejo, que se forma sobre el mar, del poniente sol.

Puedo deleitar el exquisito aroma a libertad, que con frenesí y éxtasis anhelamos, y el cual es ofrecido, incansablemente, por el mar que se expande a mis pies. Las suaves olas que llegan a la costa masajean mi cuerpo y lo empapan de exóticas fantasías.

Un pájaro aletea en la altura, planea y canta desapareciendo tras la bellísima cúpula colonial que se alza sobre las murallas. El cielo le ha robado varios colores al arcoíris y ahora se expanden, cerca de los confines del mar, un violeta, un amarillo y un rojo que se combinan entre sí, que danzan entre las nubes creando sombras e infinidad de colores por doquier. Tal belleza entra al alma y la llena de una suspicaz felicidad. En este momento todo inspira amor, tranquilidad…

Una imagen se proyecta en mi mente intensificando tanto la esplendorosa escena como mi anhelo por compartir esto con mi amada. Sin embargo, en el mismo momento en el que el cielo a alcanzado su mayor hermosura, un suave morado, que con rapidez se oscurece, comienza a invadirlo, opacando los colores y cubriendo el crepúsculo que acababa de formarse.

Las tinieblas reinan sobre el cielo pero el viento cálido, el aroma marino y los suaves sonidos que producen las olas, reinan con ímpetu sobre los otros sentidos. Las tinieblas son superfluas ante ese poder. Siento la arena como el más cómodo sillón y cierro mis ojos al mundo para entregarme a las más insospechadas sensaciones de este paisaje que sólo Cartagena puede ofrecer.

15 mayo, 2009

Llorar por amor

En la vida existen personas y sucesos que nunca se borraran de nuestra mente. Hoy, sin duda alguna, fue uno de esos momentos junto a esa persona que probablemente siempre recordaré. Hoy experimenté una carga sentimental tan fuerte que por primera vez sentí ganas de llorar por amor, por el más sublime y puro amor que jamás haya sentido en mi corta existencia.

Fue un momento efímero, no tuvo la duración que mi corazón y mi alma hubieran deseado, no obstante, todo, desde el comienzo, fue perfecto. Ahora recuerdo tus palabras, tu declaración, y regresan a mis lágrimas esas ganas de correr por mi cuerpo, esta vez no las contengo. Tus palabras todavía resuenan en mi mente, tal vez por su gran belleza, tal vez por su gran valor.

Tú hablaste y mi corazón escucho desde el primer momento, escucho tus frases adversas, las cuales no quiso creer, las analizó y las rechazó. Mi alma actuó y las dos palabras que nunca creí decir, salieron con todo el sentimiento, salieron cada vez con mayor seguridad, sinceridad y fortaleza. Te besé con la fuerza que nunca lo hice, te besé con coraje, con ganas de parar de escuchar tus palabras, esas vanas palabras que no salían de tu corazón, sino de tu desconfianza por el amor.

Al final paraste de luchar contra este sentimiento, contra este amor y te dejaste llevar, dejaste que todo lo que tenías guardado en tu corazón saliera en una confesión que me hizo sentir la felicidad más sincera y pura que jamás haya experimentado.

El mundo fue superfluo ante tus palabras y el gran viento capitalino dejo de correr maravillado por tan hermosa escena. Mi mundo ahora estaba completo y mi felicidad infinita. No necesitaba nada, porque todo lo tenía en ti, en tus caricias, en tu cuerpo y tus palabras.

Cambiaste mi forma de ver el mundo, cambiaste mis planes y mis sueños, ahora soy consciente de lo perenne que es el universo y de lo bella que es mi vida al lado tuyo. Tú curaste todas mis heridas y borraste mis erradas creencias sobre el amor, sobre el compromiso y sobre la familia.

Quisiera compartir contigo los sueños e incertidumbres que me plantea la vida y el destino, para ser tan feliz como lo soy cada vez que te veo, cada mañana que me levanto y sé que voy a estar junto a ti o cada noche en la que estamos tú y yo entre mis sabanas.

Pensar en ti llena mi mente de ilusiones y de pensamientos hermosos sobre el futuro, mi imaginación se desborda de nuevos sueños y mis metas quieren coincidir con las tuyas. Sabes que navegaría por mil mares y recorrería desiertos escabrosos para encontrarme contigo, sin morir, sin desfallecer, porque nuestro amor va mas allá de la realidad, de la vida y la muerte, va más allá de las distancias y de nuestra humanidad y racionalidad. Mi amor por ti no cabe en el pensamiento, ni en el lenguaje, ni en la capacidad de expresión humana.

Ahora no concibo un mundo sin ti, sin tu sonrisa, tu inteligencia y tu belleza junto a mí. No concibo un mundo sin este 13 de mayo, un día que quedara marcado en nuestra historia, que dividió a nuestra relación en dos, que le dio inicio a una nueva etapa. Porque siempre supimos que nuestro amor era inexorable y, si bien, quisiste evitarlo, hoy caímos, inevitablemente, en este mar incalculable de pasiones y adoraciones gloriosas.

07 mayo, 2009

DIME QUE SI!!!

Hoy no entró la gran luz amarilla del atardecer, hoy no hay satisfacción ni felicidad. Sólo existe un profundo y desagradable silencio que es cortado esporádicamente por el atronador sonido de mi radio.
Hoy no puedo tener una sonrisa, ni en mis labios, ni en mi mente. Ahora sólo espero por una cosa que puede cambiar esta cruda situación, una palabra tuya que significaría nuestro escape de este caótico universo, de este desequilibrio emocional.

Ayer, cuando llegué de tu casa, apareció en mí esa idea, sin embargo esta vez no la deje pasar, la mantengo y quiero hacerla realidad. Te llamé y aunque tu respuesta no era la que esperaba y deseaba, tampoco rechazaste mi idea. Cuanto hubiera deseado un si inmediato, sin dudas, sin pensarlo.

Ahora espero, intranquilo, por tu respuesta. Mi mente, la realidad y la razón dicen que va a ser un no, que solamente me tienes esperando para descubrir una manera de no herirme. Sin embargo, mis sentimientos, mi corazón y nuestro amor me dicen que tu respuesta va a ser un entusiasta sí, que quieres escapar conmigo, dejar este mundo por unos días y disfrutar solamente de nuestro amor.

Sabes que sin ti nunca sería capaz de salir de esto, que seguiría sumergido en medio de este desequilibrio que me está enloqueciendo, manteniendo mi felicidad de forma pulsátil y mi cerebro con un predominio de palabras técnicas.

Tu respuesta es la única que puede cambiar este silencio y esta oscuridad, que invade tanto mi espacio como mi cuerpo, por una luz de esperanza y un haz de tranquilidad.

Quiero un sí, quiero tu si…

04 mayo, 2009

En mis sueños

Un día fui y me arrepentí, pero más me arrepentí después de no haber entrado, de no haber tocado a tu puerta. Muero lentamente cada momento en el que no sé nada de ti y mi cuerpo renace al ver una simple llamada perdida con tu número. Fui hasta tu hogar, el cual muchas veces ha sido nuestro hogar, donde florece nuestro idilio, pero no entré, ni siquiera toqué, no fui capaz.

No sé por qué, no logro comprenderlo, hace solo unas horas que estábamos en plenitud y ahora mi mente tiene locas ideas inspiradas, muchas veces, en tu cruda falta de detalles.

Sólo logro pensar en el amor que siento por ti. Este sentimiento que corre puro y suave como el agua de un rio que empieza su larga travesía para desembocar en la mar. En mis sueños estás presente y mis dedos no hayan la hora de acariciar tu delgado vientre.

Mis ojos empiezan a cerrarse, tengo un gran cansancio y mi mente quiere encontrarse contigo de alguna forma. Mi subconsciente no me desilusiona, estas en mi sueño. Cuando más cerca y felices estábamos un delgado sonido aparece de fondo para interrumpirnos, es mi celular, la tecnología como cosa rara. ¿Quién puede ser a la 1:30 am? Miro y eres tú, mi corazón se agita, mis manos tiemblan. Te contesto, me hablas con el entusiasmo que siempre desearía en tus palabras, me declaras tu amor y una gran sonrisa se posa en mis labios.

No sé qué hacer, quiero verte, besarte, quisiera correr a dónde estás, protegerte, amarte, darte todo, mi espíritu, mi cuerpo.

Recuerdo tu invitación y las ideas locas de salir corriendo a las dos de la mañana se apagan un poco, ahora no logro comprender por qué el reloj corre tan lento. Cuento cada segundo y el sueño vuelve a invadir mi cuerpo. Otra vez estas a mi lado, como cada noche al cerrar mis ojos, sin embargo sé que al despertar toda ilusión se desaparecerá hasta volverte ver.

29 abril, 2009

Mi más profunda felicidad

Mi mente quiere escribir, quiere salir de todos los impedimentos que mi cuerpo le pone. Quiere expresar todo ese amor que siente por ti, no entiende que todo mi ser también te ama. Está enloquecida y no haya que hacer, no haya que palabras escribir para que resuenen eternamente en ti y se queden por siempre en tu memoria, quiere encontrar las palabras perfectas para que logres entender el profundo amor que siento por ti.

Esta resignada, te ama y te odia al tiempo. Tú le das la mayor felicidad, pero le prohíbes expresarse y decir todo lo que siente. No aguanta el hecho de que no puedas tener contacto físico con ella, odia a mis labios, odia a mis manos, a mi piel.

El amor la ha invadido, la ha conquistado, la ha dominado. Esta amarrada a este sentimiento, sin embargo, el amor le ha abierto una nueva ventana que mi mente nunca creyó existente, desde ahí puede ver un nuevo mundo, cosas sublimes que sobrepasan todo el entendimiento que ella tenía sobre lo bello. Cosas tan bellas que son imposibles de verbalizar.

Mi amor por ti conquistó mi mente, es una dictadura de la cual ella no quiere revelarse. Ama estar en ese estado, es feliz y eso es lo que más le importa. Ahora ella solo funciona por ti, por tus palabras, tus miradas, tus mensajes, tus besos.

Ahora se tranquiliza y disfruta de algo que no domina mi cuerpo, los recuerdos. Recuerda cada momento que ha vivido junto a ti, recuerda tu profunda mirada, tu voz, tu cintura entre mis manos, tus labios entre los míos. Empieza a amar a mi cuerpo, sin el no podría recibir la variedad de sensaciones que tú le transmites. Está relajada porque solo tú puedes hacer eso, solo tú puedes lograr que el amor sea mi más profunda felicidad.

25 abril, 2009

En una cama

La gran luz amarilla del atardecer entra por la ventana y se proyecta hacia la pared. Veo rayas negras y amarillas por todas partes, es la sombra de la persiana, descubro. Esas típicas persianas de hotel barato.

Fue una tarde silenciosa, nada comparada con el insaciable deseo de ruido que todos tenían en la Facultad esta mañana. Gente protestando, gritando, riendo y mil locuras más haciendo. Fue silenciosa la tarde, sin embargo, nada quieta. Fue una tarde loca, de pasiones, desenfreno, lujuria.

Esta mañana te vi sentada en el pasillo, estabas poseída por una belleza que nunca antes había visto. Me acerqué, y sin que me vieras, te besé. Fue algo increíble, sentir tus labios, su sabor dulce, la suavidad de estos. No sé que tiene tu aroma que me enloquece, lo siento y mi cuerpo se activa, mi respiración cambia, mi mente se ilumina y siento toda tu energía circulando por mis venas. Ese beso nos provocó sensaciones y deseos del otro y quizás por eso ahora estamos aquí, disfrutando de la quietud luego del éxtasis.

Tu cuerpo desnudo, hermoso, se posa sobre el mío. Tu respiración, la que estaba enloquecida hace solo diez minutos, ahora esta calma. Tu cuerpo todavía esta brillante por el sudor y tus ojos tan profundos e impacientes como cuando me pediste que viniéramos para acá.

Cuando llegamos me posé sobre tu cuerpo y mientras los besos se volvían más inquietos, tus manos me quitaban la camisa. Nos dejamos llevar por el deseo, sin embargo, disfrutamos lentamente de cada instante y cada centímetro de nuestros cuerpos. Nuestros ojos están cerrados y nuestras mentes abiertas al amor.

Ya no somos mas dos, la tentación nos unió, nuestras almas se funden en una y siento tu piel como si fuese la mía. Somos un solo cuerpo, una sola alma, un solo amor que se encuentra en una cama.

Cuando los dos estamos juntos

Acabo de llegar a casa, fue una noche corta, pensé que iba a ser mucho más larga y quizás por eso no tengo ganas de dormir. Llego y cuando abro la puerta no hago otra cosa que recordarte. Veo el cubrecama, me parece que eres tú, inmediatamente mi corazón acelera su ritmo, mi respiración se vuelve rápida y mi cabeza se empieza a preguntar e imaginar miles de cosas.

Entro a la pieza, no es nada. Está tal y como la dejaste esta mañana luego de tu partida, entre destendida y tendida, entre vacía y llena. Me acuesto, siento tu olor, cierro mis ojos y siento todas las caricias y besos que hace solo 24 horas me dabas. Miro a mí alrededor y todo eres tú, todo me recuerda algo de ti. No puedo parar de pensar en todo lo que ocurrió anoche, tu cuerpo sobre el mío, tus besos apasionados, tu aroma más fuerte y delicioso que nunca.

Recojo la ropa sobre el suelo. Entre mi camisa encuentro tu anillo, lo dejo en mi mesa de noche recordando lo que dijiste ayer sobre él, le dabas un significado muy grande a algo tan sencillo y barato. No sé si lo dejaste por descuido o para hacerme entender algo.

Vuelvo a acostarme, tu olor me alegra, me apasiona y me hace extrañarte. Quisiera tenerte a mi lado para expresarte todo lo que siento por ti, decirte que eres la persona más importante en mi vida, pedirte que cada amanecer fuera a tu lado para poder ser todos los días tan feliz como lo fui hoy. Cada día es perfecto cuando amanezco a tu lado, tus ojos iluminan mi oscuro amanecer y tu cuerpo silencia todo molesto sonido de esta caótica ciudad.

Mi mente busca una explicación a todo este delirio, sin embargo, ni eso puede lograr. No hay espacio suficiente sin tu presencia en ella como para estructurar otro pensamiento.

Tú eres mi amanecer y mi atardecer, la explicación a todo esto, porque cuando estoy contigo no existen preguntas, no existe luna ni sol, no existe mundo ni personas, no hay ruido ni silencio, los miedos, temores, tristezas y decepciones se desvanecen y se van completamente. Lo único que existe, cuando los dos estamos juntos, es el amor.

22 abril, 2009

Tu ignorancia

Te mando un mensaje y cojo el primer taxi que pasa, la prisa y mis ganas de estar bien contigo no están para coger transmi, además tendría que caminar y mis pies no aguantan más. Tengo muchas ganas de arreglar esto, por eso te envío tantos mensajes, de los cuales ninguno tiene respuesta alguna. Te compre un chocolate, algo que amas. Mientras voy me voy acercando a ti empiezo a recordar todo lo que pasó ayer, desde cuando fuimos a comprar algo, hasta cuando cometí el error de no aceptarte lo que me dabas. Recuerdo también tu actitud, una gran ignorancia, solo volteaste y esperaste el bus, ni una sola mirada, ni siquiera un gesto, nada, solo una cruel y cruda ignorancia. Creo que lo haces al saber que duele más que mil palabras y que quizás nunca se salga de mi mente.

Viene un bus, te das cuenta que te sirve, está un poco lleno, sin embargo, lo paras y te vas sin despedirte. Me quedo sin saber que pasó, o quizás si. Atrás viene el bus que siempre paras, va como siempre, vacío, me río un poco en mi interior, tu actitud de huida desesperada seguramente te producirá un incomodo viaje.

Durante esas dos cuadras que recorrí para llegar a mi casa, desde tu partida, no hice sino acumular todas esas cosas que me desagradaban y enviártelas en un mensaje. No sé si caíste en cuenta que todo ocupó menos de tres mensajes siendo que todo lo bueno siempre ocupa mucho más de diez. Me arrepiento y por eso te envío mil mensajes pidiendo perdón, hasta el que te envié antes de subir al taxi.

Ya vamos en la 24 con 72, el taxista sube hacia la 22, que estúpido, pienso, le dije la 24, no tengo ganas de pelear, en mi mente solo está tu ignorancia y no quiero que más personas estén peleando conmigo, así que no le digo nada al taxista y me bajo en la 63, son las 3:40.

Entro a la universidad y estando al frente del salón rememoro lo acontecido por la mañana. Me levante sin hambre, solo tomé un vaso de agua antes de salir a clase, todo por estar pensando en ti y en lo mal que me sentía por haberte rechazado esa galleta que fue la gota que regó tu rabia. A las diez bajamos y aunque no quería comer nada lo hice por la salud de mis neuronas. Iba por el pasillo y te vi, no supe que hacer, mire al salón y estaba cerrado, el profesor estaba adentro, me hizo una seña, él quiere que entre, me acerco hasta la puerta pero no soy capaz de entrar. Te escucho hablar con alguien, el profesor insiste, pero yo volteo y te veo pasar el frente mío sin siquiera verme. Sentí un golpe directo al corazón, heriste todo de mí, desde mis palabras hasta mi perdón.
Ya son las 4:30 llevo poco menos de una hora sentado aquí, abren la puerta me asomo y no hay nadie. Te llamo, dices hola y ni mi mente, ni mi cuerpo saben que responder. Luego de enviarte más de 3 mensajes diciéndote que me esperaras, tu respuesta a mi pregunta por tu paradero son dos frases, una afirmación y una pregunta, en la casa de un amigo, ¿por? Lo único que puede hacer mi corazón humillado y con la dignidad por el suelo es colgar.

21 abril, 2009

Carta de un amante egoísta

Tengo unas ganas insoportables de besarte, de sentirte mía, de acariciar tu piel, tus labios, de jactarme con tu olor y de pedirte perdón por todas las bobadas que he hecho.

Por mi mente llega a pasar la loca idea de pedirte que nos volemos, que busquemos un nuevo lugar, un nuevo porvenir lejos de este país. Un lugar en donde no exista tecnología, donde no existan egoístas que quieran acabar con nuestro amor. Cuanto me gustaría levantarme todos los días a tu lado, que lo primero que hiciera fuese besarte, ver como el canela de tu piel se intensifica al entrar la luz mañanera y sentir ese escalofrío que siento cada vez que abres tus ojos y estos miran profundamente a los míos.

Sé que últimamente he sido muy egoísta, sin embargo, sé que entre más te quiero, mayores son mis ganas por que estés siempre conmigo, mi mente no se acostumbra a la frustración y ya lo expliqué. Quisiera que yo fuera el único en tu mente, tanto como tú eres la única en la mía, que dejaras todo por mi tanto como yo lo hago por ti. Me hace mal esta frustración, este amor tan grande que te tengo, esta desesperación por siempre tenerte y este egoísmo que me oprime la mente.

Solo te puedo decir, que mis labios te están esperando, mi ojos no hacen sino mirar el celular en busca de un mensaje tuyo y mi mente no para de recordar todos los momentos maravillosos que hemos pasado.

20 abril, 2009

Dos palabras

Es imposible pensar como "logramos" crear un lenguaje en el que un sentimiento tan grande se vea resumido en solo dos simples signos lingüistico, casi inexpresivos e ilógicos por separado, pero con un significado tan inmenso e inexplicable que no le han logrado dar el uso correcto, ni lo han entendido en su gran plenitud.

Lo unico que te puedo decir es que, luego de un gran periodo de meditación, he logrado la iluminación, descubriendo, de esta manera, el verdadero significado de estas dos palabras y entendiendo que el unico uso posible que les puedo dar es expresandotelos... TE AMO ...

19 abril, 2009

Un nuevo inicio

Tres palabras nace como un nuevo experimento en mi vida. Con el paso de el tiempo, no sé si es por mi edad y mi etapa (mis compañeros de medicina sabran de lo que hablo), me he dado cuenta que dentro de mi hay más que un estudiante.

Tres palabras es una idea inspirada en el blog de un amigo ( Rodrigo S. ), no los escritos, sino la creación de este.

Le di este nombre porque una de mis escritos fue inspirado en solo tres palabras que me han llevado a tener una relación muy hermosa.

Pronto empezaré a escribirles sobre lo que mas me gusta, el amor y mi cotidianidad.

Gracias por leerme y espero que esta sea la primero de muchas mas entradas.